Mis querid@s amig@s de letras. De pensamientos. De vida. De camino. Hace un par de semanas pensando y pensando, dándole vueltas a una de las caras de mi vida, me hallé pensando en lo que quiero hacer en el ámbito personal, en particular amoroso de mi vida. Transitaron por mi mente un número insondable de ideas, recuerdos, deseos y anhelos. De ese cúmulo de interacciones neuronales, surgió un deseo irrefrenable de escribir, de plasmar en algún lugar lo más importante de todo aquello. En un principio pensé en no publicarlo, pero luego – pensando libremente - decidí que debía hacerlo porque para eso justamente es este blog. Para compartir mis palabras con ustedes. Así que sin más… L@s dejo con mi prosa.
Quiero…
Quiero tocar tu mano y que sientas esa magia que siento yo a tu contacto. Sentir ese calor, ese apoyo, esa maravilla de tenerte a mi lado, de poderte ver, de poderme acercar.
Quiero poder acercarme a ti y percibir tu olor, inundarme de él y perderme como inmerso en el océano de tus aromas. Embriagarme de ti, intoxicarme y perder el control por decisión propia mientras mis sentidos se sobrecargan con tu presencia.
Quiero vivir una y otra vez la magia de un abrazo tuyo. Que me transportes a ese inmensamente pequeño espacio de tus brazos donde mi alma entera se siente segura y a gusto.
Quiero rozar tus labios y que un temblor me sacuda el cuerpo mientras busco la manera de fundirme en un beso contigo. Conocer el sabor de tu boca y la calidez de tu aliento. Sentir tu respiración en mi rostro y no tener fuerzas para pronunciar palabra alguna.
Quiero acariciarte más allá de tu piel. Que mis palabras sean pétalos de flor que llueven a tu alrededor. Que mis miradas sean rayos de Sol que alejen el frío de tu lado. Que mis manos sean como sábanas de seda que te envuelven suavemente y te hacen sentir cómoda. Que mi cuerpo sea tu más anhelado lugar de descanso.
Quiero que mis sonrisas sean tu mejor motivo para reír, pero no el único. Que las tuyas sean parte de mi vida. Cada amanecer, cada atardecer, cada día mientras te pienso y cada noche mientras te sueño.
Quiero amarte más allá de lo imaginable, estar siempre a tu lado aunque haya distancia entre nosotros. Que seas lo primero que vea apenas me levante y lo último que pase frente a mis ojos antes de que el sueño me haga cerrarlos.
Quiero verte crecer, surgir, caminar, correr, volar. Quiero ser tu trampolín, tu avión, tu globo aerostático y que tú lo seas para mí. Que lleguemos a donde queramos, a donde la voluntad nos guíe, y que juntos seamos libres para volar, porque para volar no se requiere estar solo.
Quiero ser en explorador avezado y mapear cada centímetro de tu cuerpo en mi mente. Buscar cada día una nueva ruta de cosquillas, de escalofríos, de ternura y de placer. Que mi piel íntegra sea mi herramienta, mi brújula, mi pergamino, mi todo-terreno para visitar cada ápice de ti.
Quiero un día besar tu vientre lleno de emoción al saber que el fruto de nuestro amor viene en camino. Hablarle, cantarle, sentirlo moverse bajo tu piel desnuda y en ese momento admirarte aun más por ser quien eres, la portadora del mismísimo milagro de la vida.
Quiero que juntos veamos a nuestro milagro personal crecer, reír, llorar, gritar, dormir, cantar, bailar… Que l@ enseñemos a hablar y l@ veamos jugar y crecer y querer y conseguir todo lo que ahora yo quiero y más.
Quiero descubrir el mundo a tu lado, ver cosas nuevas cada día con los ojos de un niño. Disfrutar de tu sorpresa o la mía con cada nuevo hallazgo.
Quiero, que me acompañes, así sea en recuerdos, por el camino de la vida hasta que sea el día en el cual no quiera más porque ya todo lo que quise no serán sino recuerdos de un anciano que esté muriendo feliz.
Pero lo que más quiero en la vida… Es que nos encontremos y decidas caminar a mi lado.
Autor: Jesús “Silvarion” Sánchez